En un sentido estricto, la palabra corrosión significa “desgaste paulatino de los cuerpos metálicos por acción de agentes externos, persista o no su forma”. En palabras más simples, podemos decir que la corrosión en los metales es un proceso químico en el que el mineral se transforma en óxido. Es la respuesta a un ataque constante de sales, agentes atmosféricos, gases y/o sustancias naturales orgánicas. Aunque muchos metales sufren corrosión, la del hierro es la más importante, recurrente y grave.
La corrosión de metales se subdivide en química y electroquímica. La primera se entiende como la destrucción del metal por gases o líquidos; es cuando se forma una película de óxidos. La segunda corresponde a los procesos que se desarrollan por electrolitos sobre el metal (y que se encuentran en las sales, las soluciones ácidas y el aire húmedo). Es decir, se trata de una reacción oxidación-reducción, que es cuando el metal se destruye o se disuelve. La destrucción comienza desde la superficie y se propaga paulatinamente hasta el interior.
Descubre los tipos de corrosión
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Corrosión uniforme
Que es cuando el metal se destruye por toda la superficie. Es más común en metales puros y en aleaciones de solución sólida homogéneas.
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Corrosión local
Que afecta únicamente algunas regiones específicas del metal. Aparece como resultado de la rotura de la capa de protección; se propaga al interior del metal. Los daños superficiales como rasguños o golpes favorecen el desarrollo de la corrosión local.
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Corrosión intercristalina
Que es la destrucción del metal o la aleación a lo largo de los límites de los granos. Puede causar peligrosas e imprevistas averías dado que se propaga a gran profundidad sin ocasionar cambios notables en la superficie.
Para evitar la corrosión, lo ideal es usar LINE-X, el recubrimiento de poliurea más confiable del mercado gracias a su tecnología de punta que protege prácticamente cualquier superficie, al tiempo que proporciona un acabado estético.
Entre sus características destaca su durabilidad, resistencia química, tolerancia a los impactos y a temperaturas extremas. Se puede usar en equipos pesados, maquinaria, áreas o piezas de proceso, tuberías, y mucho más. Su fuerza de agarre se mantiene compacta, no gotea ni se derrite. Como es impermeable, no absorbe líquidos como gasolina, cloros, detergentes, etc.
El problema de la corrosión hay que evitarlo en todos los terrenos, desde el hogar a el trabajo. De no hacerlo, se puede traducir a pérdidas monetarias importantes.