Aunque sea un nombre poco común, este producto es muy versátil y tiene muchas aplicaciones que se aprecian en la vida diaria, como por ejemplo, se emplea para fabricar vidrios, faros de autos y lentes para anteojos, además de utilizarse en la fabricación de tuberías, cortinas de baño, impermeables, pisos y cubiertas de vinilo para automóviles, entre muchas más.
Un termoplástico es un plástico que a altas temperaturas puede fundirse, permitiendo después darle diferentes formas. Cuando se calienta se derrite y cuando se enfría se endurece, esta propiedad es de mucha ayuda para reciclar el plástico, ya que luego de calentarse y moldearse pueden volverse a calentar y formar otros objetos.
La popularidad de los termoplásticos se encuentra en su capacidad de reutilizarse. Existen diferentes tipos de termoplásticos, entre los más usados están el policarbonato, el polietileno (PE), el poliéster, el nylon, el teflón, el policloruro de vinilo (PVC), el polipropileno (PP), el polibutileno (PB), el poliestireno (PS), el polimetilmetacrilato (PMMA) y el politereftalato de etileno (PET). Estos polímeros termoplásticos se encuentran en la vida diaria, al cocinar en un sartén con teflón, en los pisos de vinilo de las oficinas y casas, en las tuberías, entre muchísimas cosas más.
Es un material muy versátil que posee las siguientes propiedades:
- Se pueden reciclar y reusar.
- Buenos aislantes térmicos y eléctricos.
- Maleables con el calentamiento.
- Buena resistencia química a temperatura ambiente.
- Buena resistencia a la fluencia.
Además, los polímeros termoplásticos tienen otras características propias como el hecho de que cada plástico cuenta con una temperatura de transición por debajo de la cual son duros y frágiles, y por encima pueden ser suaves y flexibles.
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